Comenzó el "grupo de la muerte" con triunfos de Italia y Costa Rica. Hasta el momento, fue el golpe de la Copa. Hace cuatro años, Uruguay
se ubicó entre los semifinalistas del Mundial, luego fue campeón de América y
hoy sucumbió ante sus propios errores. El primero de ellos tuvo que ver con la
ausencia de su figura, Luis Suárez, quien sigue recuperándose de una lesión.
Uruguay 0-3 Costa Rica
La dependencia hacia un jugador tiene una doble enseñanza: la del liderazgo y la de su ausencia. Más allá de la importancia del delantero, la “Celeste” no depende de lo que pueda crear este jugador, aunque sí de lo que pretenda resolver. Ante ello, Suárez define desde tres cuartos del campo lo que sus ocho o diez compañeros puedan generar antes. De este modo, los inconvenientes de Uruguay estuvieron en todas sus líneas y difícilmente la historia hubiese cambiado con el astro del Liverpool en la cancha. El conjunto de Oscar Tabárez abusó del pelotazo, sobre todo desde los pies de Lugano, y jamás supo cómo llegar al arco rival.
Lo que sucedió fue raro porque la “celeste” formó con los mismos
hombres que hace años actúan de titulares y también se paró con la misma
disposición que Tabárez ensaya desde siempre. Sin embargo, el 4-4-2 no funcionó
porque los futbolistas no presionaron como normalmente Uruguay lo hace, lo que
impidió la generación de juego asociado para atacar. Es más, nunca tuvieron en
cuenta a Stuani, quien se ubicó en el sector derecho y prácticamente no tuvo
intervenciones.
No obstante, el equipo “charrúa” comenzó ganando, pero con un penal
inventado. En la medida que transcurrieron los minutos, Costa Rica se animó a
disputarle el control de la pelota. Así, los “Ticos” llegaron a lateralizar su
juego para complicar a la defensa uruguaya mediante centros hacia Campbell.
Además, se dio cuenta que Muslera no salía bien a cortar pelotas aéreas. Así
llegaron los goles centroamericanos, mediante lanzamientos desde los costados.
Claramente, Costa Rica ganó por su juego aéreo, pero también porque supo
aprovecharse de un Uruguay errático, confiando, inseguro y relajado.
Tras el gol de Cavani, Uruguay cedió terreno, balón y protagonismo,
pero lo más llamativo fue que careció de espíritu. Asimismo, fue una selección
estática, sin dinámica y demasiado rigurosa al esquema. Le faltó rebeldía.
Costa Rica es un equipo mediocre, que se defendió mal y solo generó peligro
mediante centros y gracias a la potencia de Campbell. Se paró con tres defensas
y dos laterales volantes; dos mediocentros defensivos, dos media puntas y un
delantero. Ante Inglaterra e Italia, difícilmente vuelva a repetir lo hecho en
su presentación, pero no tiene la presión de estos rivales.
Italia 2-1 Inglaterra
La clase de Andrea Pirlo es poco vista en el mundo. Hay escasos jugadores dotados con semejante técnica y, que a su vez, posean la visión de juego como la que imprime el mediocampista de Juventus. En torno a sus cualidades gira la selección “azzurra”, compuesta por jóvenes que alcanzaron su edad de madurez para afrontar un mundial.
Desde 2006 el fútbol cambió y se vio reflejado en Sudáfrica, cuatro
años después, cuando vimos que los equipos volvieron a priorizar la tenencia
del balón, la repentización en ataque y la dinámica en los pases. El modelo del
Barcelona, el sistema del Inter y la estrategia del Bayern Munich parecieron
fundirse en una misma filosofía que estaba compuesta por aquellas fuerzas
interrelacionadas.
Italia dejó atrás el “catenaccio” y se subió al tren del nuevo juego
europeo. Basados en un esquema de cuatro defensores, tres mediocampistas, dos
extremos y un delantero centro, el conjunto peninsular es favorito en su grupo
y lo demostró ante Inglaterra. El
partido se plasmó en territorio italiano, para luego pasar al inglés, ya que la
paridad inicial fue rotando con los minutos.
El juego era de ida y vuelta y albos seleccionados optaron por
rematar desde media y larga distancia, algo siempre visto en la Premier y que
los “tanos” también priorizaron. La diferencia estuvo en los sectores de la
cancha por donde decidieron o pudieron atacar: mientras Italia buscó por las
bandas, los británicos fueron constantemente por el medio, ya que Darmian y Chiellini
cerraron los laterales cerca de su propia área. Además, estos jugadores se
proyectaron en ataque durante varias embestidas, lo que otorga más cualidades
tácticas al “azzurro”. Parece paradójico pero que un equipo se apodere de las
bandas de los ingleses marca la lo que fue el encuentro.
Los dirigidos por Hodgson aprovecharon bien el ancho de la cancha,
aunque carecieron de profundidad. Las estrellas no aparecieron, posiblemente,
absorbidas por el orden y el esquema que pregona el entrenador. El 4-2-3-1 fue
demasiado estático y previsible, algo favorable a Italia que se plantó en mitad
de cancha con jugadores polivalentes. Gerrard jamás tuvo el control del medio y
fue superado.
Pirlo ofició de conductor, rodeado de Verrati y cubierto por De Rossi, quien pasaba a ubicarse cerca de los centrales cuando Rooney avanzaba. Además, Candreva y Marchisio jugaron por afuera para proveer a Balotelli de cualquier tipo de acción ofensiva. Podríamos decir que Italia dispuso de un 4-3-3 elástico, con el triángulo en el medio campo y el tridente en los ataques. La asociación era su herramienta más preciada, tocando el balón con criterio, sin revolear la pelota. Por último, la una reflexión: Inglaterra inventó el fútbol y aún no sabe jugar mundiales, lo contrario sucede con Italia.
Pirlo ofició de conductor, rodeado de Verrati y cubierto por De Rossi, quien pasaba a ubicarse cerca de los centrales cuando Rooney avanzaba. Además, Candreva y Marchisio jugaron por afuera para proveer a Balotelli de cualquier tipo de acción ofensiva. Podríamos decir que Italia dispuso de un 4-3-3 elástico, con el triángulo en el medio campo y el tridente en los ataques. La asociación era su herramienta más preciada, tocando el balón con criterio, sin revolear la pelota. Por último, la una reflexión: Inglaterra inventó el fútbol y aún no sabe jugar mundiales, lo contrario sucede con Italia.