En la jornada más deslucida de la
Copa, México y Brasil igualaron sin goles. El local sigue sin demostrar cartas
de candidato, mientras que el “Tri” dejó su sello en Fortaleza. En tanto, Bélgica
hizo su presentación ante Argelia y estuvo a punto de no ganar. Por último,
Rusia y Corea aburrieron e igualaron 1 a 1.
Brasil 0-0 México
El grupo A comenzó a transitar su
etapa más dramática, sobre todo tras la igualdad sin goles entre Brasil y
México. No obstante, quien sufrió más de la cuenta fue el local. Luego de su
presentación ante Croacia, donde dejó varias dudas respecto a su performance,
Felipe Scolari realizó una variante con el ingreso de Ramires en lugar de Hulk.
De este modo, dio la impresión que el entrenador brasileño había leído bien lo
ocurrido el jueves ante los croatas. Por su parte, Herrera plantó el mismo
equipo que superó a Camerún.
México demostró ambición, transmitió ganas y manifestó deseos por ganar un partido increíble. El ejercicio de presión desde mitad de cancha fue apabullante para Brasil, sobre todo en la segunda parte, cuando el Tricolor se dio cuenta de que podía ganarlo. Así, adelantó sus líneas e inquietó a Julio César. El mediocampo mexicano fue lo más destacado por despliegue, entrega, juego y dinámica, sobre todo por las actuaciones de Guardado y Herrera. Sin embargo, estas acciones no duraron demasiado y los delanteros se cansaron rápidamente.
Presionado por un público
impaciente y un técnico desesperado, la “verdeamarela” comenzó a quitarle el
balón a la visita. Oscar inició su posición en el sector izquierdo y luego
cambió de lado para juntarse con Alves y Neymar, pero no fue suficiente.
Delante estaba Ochoa, un arquero extraordinario que se perfila como el mejor
del certamen. El ritmo del partido fue intenso, las defensas tuvieron mucho
trabajo y esto descubrió errores en retroceso para ambos seleccionados.
Con Ochoa figura y un mediocampo
desgastado, México rescató un punto valioso. Además, mantuvo su táctica y su
estrategia, no cambió. En tanto, Brasil resultó esquemático, autodependiente de
Neymar y carente de recuperación en la mitad de la cancha. Las dudas no fueron
despejadas y el equipo sigue sin aparecen como sociedad colectiva. El día que
el jugador del Barcelona sea marcado, se acabará el sueño brasileño.
Bélgica 2-1 Argelia
Mucho se esperaba del
seleccionado belga, tras su actuación en las eliminatorias y en los partidos
amistosos recientes. Sin embargo, “Los Diablos Rojos” demostraron poco y se
toparon con una sorpresa porque Argelia lo planteó de igual a igual. Es más,
recién a los 20 minutos los europeos remataron por primera vez al arco. Esto
habla del predominio inicial argelino que, del mismo modo que su rival, se armó
con cuatro hombres en defensa, un volante central que se sumaba a la zaga
cuando Bélgica atacaba (Taider), una línea de cuatro volantes y un delantero
(Soudani).
De esta forma, los conducidos por
Vahid Halilhodzic tenían una buena barrera de contención y, además, esos mismos
hombres se encargaban de presionar y salir tocando cuando avanzaban. Les costó
llegar hasta los últimos metros, donde Bélgica se mostraba firme en defensa,
pero el penal cambió la historia y Argelia comenzó ganando. El partido se
planteaba en la mitad de la cancha, de ida y vuelta, pero los “diablos” no
podían cambiar la historia desde ¾ hacia adelante. La dinámica y la
polivalencia que los caracterizaron estuvieron ausentes.
En el segundo tiempo, Marc
Wilmots enderezó el camino con el ingreso tardío de Fellaini, quien rompió las
reglas estructurales del sistema y condujo a Bélgica hacia la remontada. El equipo europeo dejó de lateralizar para
buscar huecos en la defensa argelina y comenzó a verticalizar sus ataques con
profundidad. En tanto, Argelia aflojó y se vio superada; Mahrez y Feghouli se
cansaron de tanto ida y vuelta por las bandas y perdieron el control de la
pelota.
Los goles belgas llegaron tras
una ráfaga de 10 minutos. Las sociedades comenzaron a funcionar, pero Bélgica
fue una sombra del equipo que brilló en Europa.
Rusia 1-1 Corea
Hasta el momento, ningún empate
fue bueno. Tal el caso de Corea y Rusia, que al menos entregaron dos goles. Sin
embargo, en cuanto al juego, ambos decepcionaron. Los goles llegaron por
errores de los arqueros, siendo Rusia el que logró el empate a 7 minutos del
final.
El sello de Fabio Capello fue
evidente porque Rusia priorizó defenderse, con cuatro hombres más cinco
volantes, algunos de ellos creativos, aunque tuvieron que retroceder cuando
Corea avanzaba. Kokorin necesitó compañía y retrocedió para tratar de asociarse
con sus pares. Sin embargo, el plan no prosperó. Los coreanos se plantaron con
un 4-2-3-1 tradicional y supieron manejar mejor la pelota.