El regreso de Luis Suárez
fue extraordinario. Con dos goles del delantero del Liverpool, la “Celeste”
sigue con vida en el Mundial y espera la última fecha con Italia para pensar en
los octavos de final. En otros partidos, Colombia volvió a demostrar su juego vistoso y
se clasificó a la segunda ronda. Japón y Grecia, para el olvido.
Tanto se habló de este grupo que cualquier
partido despierta nerviosismo. Ambos venían de ser derrotados y estaban
obligados a ganar. Sin embargo, Uruguay fue un justo ganador porque el equipo
apareció, también su espíritu y, sobre todo, su figura. Suárez se transformó en
uno de los héroes de la Copa producto de dos golazos y una actuación imponente.
La famosa defensa que supo armar Roy Hodgson no pudo detener el delantero del
Liverpool, conocido por todos los ingleses.
Oscar Tabárez cambió nombres sin variar el
esquema, aunque las cualidades de ciertos futbolistas obligan a modificar
actitudes dentro del campo y, por lo tanto, a realizar otros movimientos
tácticos. Tal el caso de Lodeiro, quien se desempeñó como cuarto volante o jugador
ofensivo. Los ingleses no supieron como marcarlo y el “corinthiano” se paró a
espaldas de Gerrard y Henderson para asistir a Suárez y Cavani. El resto del
medio campo oriental estaba compuesto por Arévalo Ríos, el más retrasado, “Tata”
González por derecha y “Cebolla” Rodríguez, tirado al sector opuesto.
Inglaterra comenzó presionando en campo rival y
el tibio Rooney tuvo un par de chances de peligro claras. Sin embargo, Uruguay
creció y emparejó el juego. Una vez consumado el primer gol “celeste”, los
británicos parecieron despertar. Lo mismo ocurrió con el segundo tanto de
Suárez. Inmediatamente, los europeos reaccionaron activamente hasta alcanzar a
Muslera. Lo esquemático de Inglaterra absorbió nuevamente a sus jugadores.
Evidentemente, esta selección juega como vive,
por lo estructurado, y carece de talento y rebeldía. De este modo, Inglaterra
siempre pasa desapercibida por los Mundiales. Solo habría que rescatar la
respuesta que ejerce ante la adversidad, como si alguna cuestión anímica fuera
la que reactivara su potencia. Por último, solo Sturridge hizo algo distinto,
cuando dejó el área y comenzó a jugar por la banda derecha, aunque nada
alcanzó.
Colombia
2-1 Costa de Marfil
Cuando dos equipos proponen, los partidos son
más atractivos y esto ocurrió en varios encuentros de la Copa, no solo en
Colombia ante Costa de Marfil. Fue un trámite acelerado, con propuestas
ofensivas, pintadas con dramatismo por la búsqueda de un triunfo. Colombia
volvió a repetir el mismo equipo que derrotó a Grecia con autoridad, mientras
que el entrenador marfileño dispuso que Gradel reemplace a Kalou de titular.
Los esquemas tampoco sintieron variantes, por lo tanto primó el 4-2-3-1 en
ambos casos.
La posesión del balón fue repartida, pero con
predominio del conjunto africano, aunque el equipo de Pekerman tuvo más
posibilidades de gol, ya que el contragolpe lo maneja a la perfección. La
tendencia del contraataque ya no sorprende y varias selecciones se sienten más
cómodas cuando el rival posee la pelota. Colombia tiene jugadores veloces, como
James Rodríguez y Cuadrado, quienes avanzan a un toque con notable precisión,
contagiando a sus compañeros, lo que convierte al “cafeteo” en un poderoso
contendiente.
En relación a lo que sucedió en el partido,
Colombia se movió más por derecha que por el sector opuesto. Así, se juntaron
por el lado predilecto los talentosos James y Cuadrado, más Zúñiga que se
proyectaba y Aguilar que oficiaba de rueda de auxilio. Incluso Teo e Ibarbo
también rotaron para buscar el sector donde Boka y Bamba defendían. Esto
también obedece a que los africanos taparon la salida de Armero.
Sin embargo, hay que dividir el compromiso en
dos porque durante la primera etapa Colombia estuvo algo retrasada y recién con
el ingreso de Quintero la actitud fue diferente. Costa de Marfil siempre mantuvo su postura de
buscar a Ospina, sobre todo desde las bandas, pero el sacrificio colombiano
impidió que prosperen los ataques de Drogba y compañía. Por último, James
Rodríguez es uno de los mejores jugadores del certamen, aportando su brillo,
más un gol de cabeza y tareas de recuperación. Fundamental.
Japón 0-0
Grecia
Fue un partido pesado y le sirvió a Grecia para
sumar un empate con un hombre de menos. El trabajo defensivo fue impecable para
los helenos, quienes se juntaron cerca del área propia para aferrarse al
resultado. Enfrente, Japón hizo lo que sabe, es decir correr, rotar el balón y
asediar por todo el frente de ataque, pero la falta de gol es una
característica que se venía observando en este conjunto que careció de
herramientas para alcanzar la victoria.
Formando el 4-2-3-1 tradicional, los asiáticos
se confiaron tras la expulsión de Katsouranis, una de las figuras del
representante europeo. Asociarse para tocar la pelota, buscar las bandas y
proyectar a sus laterales eran los argumentos japoneses. Le hubiera sentido
bien un referente de área para culminar todo lo que generó. El ingreso de
Karagounis, con su espíritu de lucha, encendió aún más a los griegos cuando era
inevitable la caída de su valla.
Como de costumbre, Honda y Endo se juntaron pero
nada prosperó dentro del área griega. La última fecha los encontrará con pocas
chances de pasar a la segunda fase, pero, a pesar de sus falencias, ambos
mantienen la esperanza.