El partido final del Mundial de
Brasil coronó a Alemania en el alargue, tras un duelo parejo ante Argentina.
Los dirigidos por Alejandro Sabella tuvieron posibilidades de ganarlo, pero
desperdiciaron situaciones clave. Así, los germanos aprovecharon su potencial y
se impusieron con un gol de Mario Götze. Alemania fue el mejor del certamen y
levantó la Copa.
Ambos caminos fueron netamente
distintos: Alemania se preparó para ser campeón, mientras que Argentina se
encontró con una final tras 24 años. Está en los genes prusianos y en el ADN
rioplatense. Los alemanes vienen preparándose desde el mundial que organizó en
2006, cuando la generación de Kahn, Neuville, Schneider, Ballack, Frings y Friedrich
se despedían de la selección. Asimismo, el plantel estaba integrado por Lahm, Mertesacker,
Schweinsteiger, Klose, Asamoah y Podolski. El recambio tuvo éxito, llegaron
otros valores y en Sudáfrica se terminó de ensamblar el equipo para luchar por el
próximo torneo. En aquel tiempo, España era el mejor, pero Alemania le sacó el
cetro hace dos años, cuando culminó la Eurocopa que también ganaron los
ibéricos. El juego explosivo, controlado, equilibrado y dinámico lo demostró en
todo el Mundia, a pesar de algunos altibajos. Su presencia en la final fue
presagiada y es indiscutida.
Por su parte, Argentina venía de
procesos turbulentos, con entrenadores que fueron cambiando y sin un proyecto
diagramado a largo plazo. Los éxitos obtenidos por los seleccionados juveniles
quedaron en las vitrinas, mientras la mayor caía ante Alemania en 2006 y en 2010.
Solo los valores individuales que triunfaban por Europa podían esperanzar a un
conjunto devaluado. Con Lionel Messi como máximo exponente, la responsabilidad -y
la comparación obligada con Maradona- recayó en los hombros de un jugador
notable e inestable. La primera ronda fue toda del “diez” del Barcelona, pero
en la segunda mitad Messi prácticamente desapareció. Los cambios de Sabella, la
seguridad de Romero y la presencia de Mascherano fueron vitales para que el
equipo crezca. Argentina fue de menor a mayor, inversamente proporcional a la
actuación de Lio en la Copa.
El partido final los encontró nuevamente,
aunque esta vez el juego demostró paridad, con opciones para ambos y sin un
dominador claro del pleito. En el inicio, Alemania controló la pelota –con Schweinsteiger,
Kramer y Kroos- y no dejó que Argentina se proyecte en ataque. Como de
costumbre, y ante una instancia eliminatoria, el trabajo en el mediocampo es
fundamental para la tenencia y administración del balón. Este es un sello
alemán. Contar con jugadores polivalentes en el medio le permite repartir
tareas de ataque y de defensa con cualquiera de sus jugadores. Además, el
ingreso de Schurrle (por la lesión de Kramer) sería preponderante en la
ofensiva.
En tanto, la selección
albiceleste no quiso quedarse atrás, presionó y se adelantó unos metros para
tratar de generar peligro por las bandas. Esto provocó algunas dudas en el
fondo germano, lo que Higuaín casi traduce en gol al ingresar al área entre los
centrales rivales, algo similar a lo que sucedería más tarde, pero el off side
lo traicionó. Un remate de Messi y el cabezazo temible de Howedes fueron lo
último de la primera etapa.
Messi tuvo otra fugaz aparición en
el comienzo del segundo tiempo y aportó con un remate que salió lejos de Neuer.
Por otra parte, Mascherano, Biglia y Enzo Pérez tuvieron una importante tarea
en la mitad de la cancha para impedir que Alemania incursionara en el campo
sudamericano. Argentina fiscalizó las acciones, pero el árbitro Rizzoli cometió
un error determinante tras no cobrar un penal de Neuer ante “Pipita”.
El cansancio fue notorio en los
90 minutos y todo se concretaría en el alargue. Schurrle tuvo una clara opción
para Alemania, mientras que Rodrigo Palacio también desperdició una chance neta
ante Neuer. Faltando 7 minutos para los penales, Schurrle comenzó una acción
por izquierda que finalizó con la pelota en el pecho de Götze, quien
inmediatamente sacó un remate voraz ante Romero para definir el partido y el
campeonato.
Argentina estuvo muy cerca de la
gloria porque supo dominar al mejor seleccionado del mundo y le generó algunas
opciones importantes. Llegar a una final parecía imposible, no solo antes de la
Copa, sino durante la misma, cuando el equipo era “messidependiente” y su
estructura muy endeble.